LEYENDAS DE ENCLAVES

















  La Casa Plus Ultra: Gibraleón

 En 1933 José María Pérez Carasa construye en una finca rústica situada en las afueras de Gibraleón, el Chalet «Plus Ultra», como encargo privado de un empresario onubense. 
Se encuentra situado en un entorno agrícola cercano a la población de Gibraleón.
La gran aportación del Chalet Plus Ultra reside en su imagen novedosa e impregnante, una imagen que remite a los principios de la arquitectura expresionista alemana de los primeros años '20, y más concretamente a la obra de Erich Mendelsohn.
Las formas náuticas traen a la memoria las propuestas arquitectónicas de las nuevas tendencias centroeuropeas coetáneas. La construcción se resuelve a base de volúmenes puros, combinados con dinamismo.

La Otra Historia.

Entre los que la han visitado a horas poco convencionales, donde predomina la oscuridad y el silencio frío de la noche, dicen que nada más bajarse del coche, comenzaron a sentir murmullos y miradas de sombras sin rostro.

Investigaciones posteriores por grupos paranormales, cuentan anotaciones de temperatura dentro de la casa de 20º de diferencia entre un punto y otro. Ruidos extraños, sombras inesplicables, grabación de sonidos psicofónicos e infinidad de sensaciones complejas y oscuras sentidas solo en aquel lugar por personas que llevan casi toda su vida merodeando lugares miticos del misterio español.

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La casa de las Gemelas:Villa Antonia 

  Una casa más dónde se descubre que acontecen numerosos fenómenos extraños. Les hablamos de la casa de Villa Antonia, situada entre las localidades de Isla Cristina y Ayamonte (Huelva).Numerosos son los grupos de investigación que han pasado por esta casa abandonada. Pero se preguntarán: Qué ocurrió allí? Esta historia de les será indiferentes.Esta casa fue construida en el año 1925, por una familia adinerada de Isla Cristina. Esta familia, era una familia que vivía muy eliz en aquel emplazamiento, hasta que un trágico día ocurre algo inesperado.
El 1 de Noviembre de 1932, Maribel, madre de las gemelas que son protagonistas, se encontraba leyendo un libro como cada tarde. Sus dos hijas, gemelas, Teresa y Julia, se encontraban jugando en el patio de su casa, como cada tarde. Tras pasar media hora de absoluto silencio, la madre comenzó a buscar a sus hijas.No las encontraba, era como si la tierra se las hubiera tragado, como si hubieran desaparecido justo delante de su propia madre.El padre, Luis Guzmán, venía de trabajar con su caballo, el cual se incorporó a la búsqueda de su hija. Todos los vecinos del lugar se hacen eco de la desaparición y comienzan un rastreo que jamás daría resultado alguno.Poco tiempo después, Maribel, la madre de las gemelas, fue ingresada en un psiquiátrico víctima de un ataque de locura.Aunque poco tiempo después, se escapó de este, apareciendo ahorcada en su casa, justo en su habitación en la planta de arriba, dónde dicen que estos fenómenos son hoy día más fuertes.El padre de familia, Luis Guzmán, falleció al poco tiempo, víctima de una Cirrosis Hepática, una enfermedad del hígado, debido al alcohol.Desde ese entonces, parece que la casa quedó maldita. Nadie ha vuelto a vivir allí, debido a los fuertes fenómenos paranormales que se registran dentro de este inmueble.Muchas son las especulaciones que hay detrás de la desaparición de Teresa y Julia, las dos niñas desaparecidas. Algunos dicen que fueron víctimas de un secuestro. Otros apuntan a la actividad en la zona de numeroso avistamientos de numerosas formas luminarias.Nadie supo jamás dónde estaban estas niñas. Nadie las vio por los alrededores. Jamás fueron encontrados sus cuerpos.                     
   Pero todo el mundo hablaba de esas formas luminosas que parecían verse por los cielos de Huelva en aquella época. Muchos eran testigos de avistamientos por aquella zona.En 1932, concretamente el 8 de Diciembre, en la localidad onubense de Arroyomolinos de León, se divisa una luminaria en forma de Melón, según muchas personas lo describen, que ilumina todo el cielo de Huelva y alrededores, atemorizando a muchas de las personas que lo presencian.CRONOLOGÍALos extraños sucesos tuvieron lugar del 8 al 9 de Diciembre de 1932, fiesta de la Inmaculada Concepción. Al filo de la media noche.Por muy extraño que parezca fueron muchos los avistamientos de OVNIS en ese año de 1932, mismo año en que desaparecen estas gemelas. En las localidades de Isla Cristina y Ayamonte, se hablaba e incluso se sigue hablando, de que esta desaparición repentina de las niñas, como si se las hubiera tragado la tierra, tiene mucho que ver con estos avistamientos en aquel año por los cielos de Huelva y provincias.OTRAS VIVENCIAS EN VILLA ANTONIA.Y es que aquí no acaba la historia de Villa Antonia. Según comenta el nieto de los dueños de la casa, allí pasaban los veranos con sus abuelos. No sólo el, sino diez nietos (cinco niñas y cinco niños) y se nos ponían los pelos de punta. Cuando nos tenían que castigar nos encerraban en el torreón de la casa, al que se accedía por una pequeña escalera. Allí se escuchaban gritos de angustia y llantos. Pobre del que lo castigaran allí arriba.Un día se les olvidó a mis abuelos uno de mis hermanos allí arriba y cuando lo sacaron de noche estaba desfallecido, con fiebre y hasta tuvieron que llamar al médico.Esta casa ha ido pasando por muchas familias después de lo sucedido allí, pero casualmente, al poco de instalarse, tenían que salir de allí por los numerosos fenómenos extraños que ocurrían dentro del inmueble.Actualmente esta casa se encuentra en periodo de restauración y posiblemente será vendida y la ocupe otra familia.Estaremos muy atentos a los fenómenos que continúan produciéndose en esta mágica y terrorífica casa, llamada “La casa de las Gemelas”.

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La Huerta del Cartucho: Pozo del Camino (los Altos de Don Román)
 Este enclave se encuentra en el Pozo del Camino, en unos terrenos denominados como los Altos de Don Román, se encuentra la casa de la Huerta del Cartucho.  Hasta no hace mucho tiempo, esta casa pertenecía a una familia de las afueras como una vivienda de vacaciones. Solo era habitada en determinadas fechas del año, por lo que cuando la familia no se encontraba en ella tenían los servicios como casero de la finca a Manuel, más conocido por sus vecinos con el apodo del Cartucho, de ahí el nombre del enclave.
Este casero era una persona que hacia vida en una de las diferentes dependencias de la casa, más concretamente en una habitación del lateral de la misma. Los vecinos describían a Cartucho como una persona solitaria, consolidado con sus tareas de mantenimiento y vigilancia, pero a su misma vez lo recuerdan como una persona a la cual no era raro verlo con unas copas de más.Un día hace aproximadamente unos veinte años, los vecinos de Pozo del Camino se despertaban con la noticia del suicidio del Cartucho. Cuando acudieron a la casa, entre agentes policiales, algunos pudieron ver como se habían encontrado el cuerpo. De rodillas, con un cigarro y un mechero en sus manos y una soga al cuello la cual estaba atada a un clavo en la pared. Fue en ese momento, cuando los vecinos empezaron a dudar sobre lo sucedido en este lugar. Unos afirman que se quitó la vida en uno de sus muchos estados de embriagadez, otros sin embargo no pensaban lo mismo rumoreándose de que a Cartucho lo habían asesinado.

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La Capilla de los Recuerdos: Isla Cristina
El establecimiento en Isla Cristina de un Campamento del Frente de Juventudes, dependiente de Falange, se sitúa en torno a mediados de la década de 1940 en la zona de la Playa Central donde hoy se levantan los chalets construidos por la empresa Ciparsa.
Con posterioridad se trasladaría a la zona intermedia entre las playas del Hoyo y de la Casita Azul, al otro lado de la carretera Isla Cristina-La Antilla, zona que hoy recibe el nombre de "El Campamento".

Por el semanario "La Higuerita" n 2.056 de 7 de julio de 1952 sabemos que "En el magnífico predio donde está instalado el Campamento del FE. de JJ. se han hecho diversas reformas. Además se está construyendo una capilla".

No se informa nada más de esas obras, aunque el Campamento fue visitado a principios de septiembre de dicho año por el Gobernador Civil, Francisco Summers Isern para la clausura del mismo.
No se informa nada más de esas obras, aunque el Campamento fue visitado a principios de septiembre de dicho año por el Gobernador Civil, Francisco Summers Isern para la clausura del mismo.
No se informa nada más de esas obras, aunque el Campamento fue visitado a principios de septiembre de dicho año por el Gobernador Civil, Francisco Summers Isern para la clausura del mismo.
En mi casa nunca se ando bien de dinero, por lo que la ilusión de esas vacaciones, año tras años siempre se quedaban en eso, ilusión. Pero ese año mi padre me dio la sorpresa, no se como lo hizo, pero hablo con Francisco Adrián, y al campamento que fui.
Salimos una mañana de agosto, muy temprano, en la DKV con motor de dos tiempos, que también servia de ambulancia, nos llevaron a la estación de la Nava, para coger el tren hacia Huelva. Que pasada, todos los amigos en el tren, nos lo pasamos estupendamente, una vez en la capital nos llevaron a un edificio enorme y antiguo, que era la sede de la Falange, allí nos dieron el uniforme, camisa caqui con hombreras azules, una boina con una insignia, con las letras VALE QUIEN SIRVE, y la figura de un león rampante, un cinturón con una hebilla chulisima era una pasada, (hasta podías abrir latas con ella), los zapatos y medias blancas.
Que ilusión…Ya era un niño de la OJE, no me lo podía creer, ya no había marcha atrás, ya tenia mi uniforme, mi plato de aluminio y mi cubierto, que se componía de una cuchara un cuchillo y un tenedor, todo enganchado con un cierre.
Al medio día, nos llevaron a comer a la Esquinita te espero, en aquellos tiempos era un sitio muy popular, y hacían unos chocos fritos buenísimos, para mi que era la primera vez que comía en un restaurante, fue una experiencia muy bonita. Ya por la tarde salimos en tren hacia Isla Cristina, otra vez todos los amigos cantando hasta que nos mandaban callar. Es curioso recuerdo todo lo que paso en ese viaje y en la estancia en el campamento, pero lo que no recuerdo es a los otros niños que venían conmigo, creo que uno de ellos era mi amigo Francisco Belata, si alguno de ellos recuerda este campamento, me gustaría que compartiera con todos nosotros este recuerdo tan bonito de nuestra niñez.
….Llegamos a la estación de Isla Cristina, nos estaban esperando, no recuerdo quien era aquel señor, (creo que era un cura), nos metió a los que cabíamos en una especie de huevo con ruedas, mas tarde supe que era la famosa Isetta de Iso, una marca italiana. Que invento… movió la maneta y se abrió por la parte delantera y el volante siguió a la puerta y se aparto, seguro que dio más de un viaje desde la estación al campamento, solo recuerdo que íbamos muy apretados.
….Llegamos a la estación de Isla Cristina, nos estaban esperando, no recuerdo quien era aquel señor, (creo que era un cura), nos metió a los que cabíamos en una especie de huevo con ruedas, mas tarde supe que era la famosa Isetta de Iso, una marca italiana. Que invento… movió la maneta y se abrió por la parte delantera y el volante siguió a la puerta y se aparto, seguro que dio más de un viaje desde la estación al campamento, solo recuerdo que íbamos muy apretados.
Que bonito el campamento, con aquella entrada con un portal muy grande, su comedor en medio del pinar con las mesas y los bancos de madera, el suelo de arena, el caminito echo de madera que te llevaba dunas arriba a las letrinas, a las cocinas, a las duchas y a los grifos donde lavábamos los platos de aluminio. Lo primero que hicimos fue montar la tienda, como pudimos pusimos los tres palos y tiramos encima la lona, con cuidado de no romperla más de lo que ya estaba. Clavamos las piquetas de madera, tiramos los vientos, bajamos los faldones y le pusimos arena para que no se levantara, que chula la tienda de campaña, con su ventanita en la parte de atrás, su piso de rejilla de madera y su colchoneta de paja. Nos acomodaron de cinco en cinco, creo que eso era una escuadra.
Esa noche, el jefe que era un señor muy serio, con camisa azul y una boina roja, nos reunió en un fuego de campamento, nos hablo de nuestras obligaciones durante esos veinte días. Levantarse al toque de diana, ser ordenado, obedecer a nuestros superiores, dejar la tienda cada día en perfecto orden de revista, con la colchoneta recogida y la manta encima, etc., etc., etc. Estaba prohibido salir del perímetro del campamento, salir fuera de la tienda después del toque de silencio, y por supuesto no escribir nuestro nombre en la tienda, fue lo primero que hicimos, cuando lo descubrieron nos castigaron a limpiar las letrinas. Cada mañana, nos formaban en la puerta de la tienda y el jefe entraba y miraba que todo estuviera en orden, nos enseñaban a hacer la instrucción y a desfilar. Años después, cuando hice la mili recordé el campamento y puedo asegurar que aquello era como la mili, lo que pasa es que había más juegos que instrucción y por eso era llevadero.
A los pocos días de estar en el Campamento, llegaron las fiestas del Carmen y había fiesta en el pueblo, nos formaron a todos y nos fuimos caminando hasta Isla Cristina, que tarde tan buena pasamos, había coches de choques, podías alquilar bicicletas, en fin había de todo lo mejor para que unos niños de 12 años se lo pasaran bien. Ese tarde conocí a una niña de Huelva que pasaba sus vacaciones con la familia en el pueblo, se llamaba Loli y era guapísima, paseamos juntos, montamos en bici y lo pasamos de miedo. Que pena cuando llego la hora de despedirnos, ella me prometió que me vendría a ver al campamento, yo creí que no lo haría, pero si. Una tarde uno de mis amigos me aviso…Vaello, corre, corre que ha venido Loli a verte, esta esperándote escondida en el pinar. Que alegría, que atrevimiento venir hasta el campamento solo para verme a mi, allí estaba con una amiga suya sentada debajo de un pino, hablamos un buen rato pero se tuvo que marchar pronto. Nos vimos otra vez que fuimos al pueblo todos los niños del campamento, ya no la vi mas hasta unos años mas tarde en Huelva, la fui a esperar a su colegio pero cuando salio, un chico la esperaba y se fueron caminando cogidos de la mano, yo me fui muy disimuladamente y en ese preciso instante termino la historia de lo que seria mi primer amor.
Los veinte días pasaron, y me pase un campamento maravilloso, mis compañeros de tienda me gastaron alguna que otra broma, pero los días de playa y de juegos en los pinares y en las dunas, lo hacían olvidar todo.

Sin embargo, el número 2.105 de este mismo periódico, con fecha 29 de junio de 1953, nos cuenta como "El viernes por la tarde (es decir el día 26 de junio) tuvo lugar la inauguración "por esta temporada veraniega" del Campamento instalado definitivamente en una planicie encantadora al sitio conocido por "La Casita Azul"... Se ha habilitado al culto una capilla, por cierto, muy bonita, en la cual ha sido colocada una imagen de la Virgen del Carmen llevada desde la población hasta allí procesionalmente a hombros de jóvenes falangistas’
Actualmente, en la zona del Campamento, únicamente se conservan la citada capilla y la portada de acceso al mismo, compuesta por tres arcos, el central de mayor tamaño con la leyenda "Campamento La Rábida", en azulejos, así como tres más pequeños con el yugo y las flechas y el emblema de la Falange.
La pequeña capilla presenta en su fachada principal un arco de medio punto como acceso principal, y sobre este una ventana polilobulada, sobre la que se alza la espadaña con hueco para una única campana. En ambos laterales se abren dos pequeñas ventanas abocinadas. Su interior se encuentra dividido en dos por una pared donde se acopla la mesa de altar, de material, sobre la que ha una hornacina, ocupada en su momento por la Virgen del Carmen. A ambos lados se abren dos huecos de acceso a la zona posterior, mucho más amplia, con una pequeña puerta al exterior.
Se cubre con teja curva, cruz de hierro y sus muros se encuentran revestidos de un revoco blanco y ocre.
Actualmente se encuentra en un lamentable estado de abandono, sin puertas ni ventanas, y numerosas pintadas por toda la zona, tanto en la capilla como en la portada.
No obstante, el PGOU le otorga un nivel de protección de grado 1, protegiendo el edificio y la portada en su totalidad, preservando sus características físicas arquitectónicas, su forma y volumen. Por lo tanto, únicamente se admiten obras destinadas a su restauración, conservación, consolidación y acondicionamiento.

CRONOLOGÍA(RECUERDOS DE UNA INFANCIA):
Yo tenía 12 años y mi ilusión, (como la de cualquier niño de esa edad) era pasar veinte días de acampada en el campamento de Isla Cristina.